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lunes, 1 de junio de 2009

¿Que Pasa con Evo Morales?

Dados los constantes insultos del presidente Evo Morales al presidente del Perú Dr. Alan García, que ya creo que es momento de ponerse firme ente estas actitudes, acaso esquisofrénicas del presidente de nuestros hermanos bolivianos, dudo mucho que ese sea realmente el sentir de todo Bolivia, para entender su grado de ver la política de este señor y su desconocimiento de la historia, presentamos a continuación la entrevista que le realizo el periodista Bofill de la Tercera de Chile, luego haremos un comentario del mismo.

Usted ha dicho que su gobierno ha construido confianzas con Chile y que está listo para entrar en una segunda etapa del tema marítimo. Pero la Presidenta Bachelet está en la recta final de su mandato. ¿Lo considera factible en este momento?
Lamentablemente, es verdad que entramos en un período electoral en ambos países y que vamos a tener que esperar que concluyan esos procesos para seguir avanzando, para entrar a la etapa de debatir y negociar fórmulas sobre el mar. Hacerlo durante las campañas lo convertiría en un tema electoral. Creo que eso no caería bien en Chile y en Bolivia no lo voy a hacer. No he usado ese tema en la política interna ni lo voy a hacer.

En Chile las encuestas indican que el candidato favorito es Sebastián Piñera, de la oposición. ¿Cómo ve la posibilidad de negociar con él? ¿Lo conoce?
Quiero ser muy respetuoso de los temas internos de Chile. No conozco al candidato que usted menciona y no voy a opinar sobre él ni sobre los demás. Quien gane en Chile tendrá todo nuestro respeto. No quiero crearle ningún problema al gobierno chileno ni a ningún candidato ni a los partidos que van a competir. Por eso no queremos que el tema del mar sea parte del debate electoral chileno. Lo que sí voy a pedir es mantener las relaciones de confianza con el gobierno que venga, sea cual sea. Hemos dado pasos importantes y me gustaría mucho seguir avanzando.

¿Cuáles han sido esos pasos importantes?
Por primera vez en la historia de Bolivia tenemos una relación de confianza que posibilitó llegar a una agenda de 13 puntos que incluyó conversaciones sobre el tema marítimo, el punto 6. Eso significa que existe conciencia en el gobierno chileno que hay un problema todavía no resuelto, el del mar.

¿Cuándo tomó la decisión de dialogar con Chile y dejar el tema fuera de la política interna boliviana?
Cuando decidimos invitar al Presidente Ricardo Lagos a mi toma de posesión, en enero de 2006, algunos hermanos dirigentes protestaron. Yo les expliqué que se tenía que terminar esto de que se molestaran porque venía el Presidente de Chile. Como saben, a Lagos lo invité a mi casa y ahí partimos con la línea de confianza, lo que llamo la diplomacia de los pueblos. Sin confianza no se puede construir nada.

Todo indica que usted va a ser reelecto el 6 de diciembre. ¿En qué consiste lo que usted llama la segunda etapa del proceso de conversaciones con Chile?
Desarrollar las negociaciones por el tema del mar.

¿Ve posible un enclave sin soberanía, como el que se planteó en las llamadas negociaciones de gas por mar, del 2001?
La aspiración del pueblo boliviano es con soberanía. Pero eso será parte del debate y ya le dije que no es conveniente debatir por ahora. Además, las negociaciones no deben ser públicas ni por la prensa. Hay tantos comentarios. Algunos querían que fuera un corredor por la frontera entre Perú y Chile, pero ahí viene el Presidente Alan García y pone la demanda en La Haya.

Hay un gran contraste entre su actitud dialogante con Chile y las tensas relaciones con Perú durante su gobierno, que atraviesan tal vez la peor etapa de la historia. ¿A qué lo atribuye?
Mi problema no es con Perú, es con su gobierno, con su presidente. Tengo excelentes relaciones con los movimientos populares y sociales del Perú, con los campesinos, algunos partidos de izquierda, con Ollanta Humala. Los problemas nacen cuando se vive una permanente agresión de parte del gobierno del presidente del Perú. ¿Y cómo se expresa esa agresión, hablando de Chile, Perú y Bolivia? Es en esta demanda del Presidente Alan García ante La Haya. Yo tengo información -proveniente desde las mismas estructuras del Estado peruano- que (para García) no puede ser que el corredor (de Bolivia) sea por la frontera entre Perú y Chile.

¿Considera que la demanda es para bloquear la aspiración boliviana?
Por supuesto, por supuesto. Si existiera un problema entre Perú y Chile sobre los límites, la forma de resolverlo sería el diálogo. Pero para perjudicar a Bolivia hacen una demanda, para que Bolivia no tenga salida al mar. En el fondo es eso y también tengo la información de que el gobierno peruano sabe que la demanda la va a perder. Lo saben ellos: hicieron la demanda para perjudicar a Bolivia.

Usted atribuye la responsabilidad exclusivamente a Alan García, pero la demanda tiene el apoyo de todos los partidos peruanos.
En cualquier país puede pasar eso, es normal que todas las fuerzas apoyen iniciativas así, como aquí el tema del mar. Lo mismo pasaría en Argentina con las Malvinas. No es un problema con Bolivia directamente, sino que con Chile, peroAlan García sabe cómo va tejiendo esto, como forma de perjudicar, engañando a su mismo pueblo. Ese es un primer tema, pero no el único.
¿Qué otro tema hay? El segundo es que, como la imagen de Alan García estaba tan desgastada, plantea esto para levantarse políticamente, para usarlo internamente. Esto nunca se lo dicen, pero yo se lo digo: la demanda en La Haya es para mejorar su imagen y para perjudicar a Bolivia.

¿La iniciativa no responde más bien a una política tradicional de Lima de impedir una salida al mar de Bolivia por ex territorios peruanos, como ocurrió con las negociaciones de Charaña (1978) y con el proyecto de gas por mar (2001)? Usted mismo ha dado a entender que cada vez que Chile y Bolivia se han aproximado a algún acuerdo, Lima ha puesto obstáculos.
No tengo tantos detalles de lo sucedido años atrás, pero creo que eran episodios diferentes. En el caso de Charaña era un dictador boliviano y uno chileno que se juntaron para tratar de confundir a sus países. Pero terminemos el tema de García. Quiero que se sepa que la demanda tiene como objetivo perjudicar a Chile y Bolivia en sus negociaciones. Además, ¿si su objetivo es defender el territorio peruano, por qué no presentó la demanda en su primer gobierno?
Los primeros movimientos para el reclamo marítimo fueron en ese primer período.Pero la demanda la presentó ahora. Nosotros planteamos la agenda de 13 puntos el primer año de nuestra gestión. También tenemos otro tema con García: los asilos que les ha dado en Perú a los ex ministros de Gonzalo Sánchez de Lozada. Ellos están acusados en Bolivia de crímenes de lesa humanidad y no se les puede conceder asilo ni refugio. Y Alan García sabe eso. Es una abierta provocación. Tal vez quiere vengarse de nuestras diferencias ideológicas y políticas.

Hablando de diferencias y afinidades ideológicas, ¿qué opina de Ollanta Humala, con quien usted tiene buenas relaciones? El tiene una posición muy agresiva contra Chile; ha dicho que le gustaría entrar a Arica en un tanque.
(Piensa unos segundos). Son posiciones orientadas ante su pueblo y de carácter político partidario.

¿No cree que esas posturas perjudican los diálogos entre los países?
Por supuesto que perjudican, pero no conozco eso.
¿Ha hablado con Fidel Castro después que él se reunió con la Presidenta Bachelet y divulgó un polémico texto afirmando que habían conversado sobre la demanda marítima boliviana?
No he podido viajar a La Habana a verlo, por motivos de trabajo. Tampoco hemos hablado del tema en las conversaciones telefónicas que hemos sostenido.

¿A qué atribuye la actitud de Castro, quien dejó en una posición muy incómoda a la Mandataria chilena?
Creo que él simplemente expresó un sentimiento internacional, como lo han hecho tantos países. Lo veo como un saludo al hecho de que estamos sentando las bases para negociaciones futuras. Pero quiero decir que, al margen de ese sentimiento internacional, prefiero relaciones de confianza a nivel bilateral entre Chile y Bolivia y no como antes, cuando se intentaba apelar a la comunidad internacional. Lo que yo quiero es resolver juntos el problema y no buscar mediadores, veedores o garantes.

También llama la atención su actitud conciliadora con Chile cuando se la compara con el nivel de conflictividad que hay en Bolivia. Da la impresión de que su estilo de gobierno es más bien confrontacional.
Primero, quiero decir que nuestros resultados electorales demuestran que somos un gobierno con un sólido respaldo. En cuatro años de gobierno hemos ganado elecciones dos veces con más del 50% y otras dos con más del 60%. Y digo esto frente a algunos comentarios de prensa que he escuchado desde Chile que sostienen que este es un gobierno inestable y por lo tanto se requeriría más estabilidad democrática para negociar. Pero esa no es la realidad. Lo que sí hay son grupos muy minoritarios que tratan de confundir al mundo entero -y a los chilenos- diciendo que no somos un gobierno democrático estable. Y no soy confrontacional. Son grupos pequeños que cometen actos de violencia, que no aceptan esta revolución democrática.

En las últimas semanas, su gobierno ha impulsado un decreto que permite confiscar los bienes de sospechosos de actividades separatistas.
Hay gente que ha planificado matarme o dividir Bolivia. Yo no estoy haciendo una revolución con fusiles al hombro. El decreto supremo de confiscación de bienes es para proteger la unidad del país.
Pero existe el temor de que eso sea usado arbitrariamente para intimidar a la oposición.
Le repito: yo no voy a permitir que grupos financien la división de Bolivia.

¿No considera legítimo tener dudas sobre la forma en que usted ejerce el poder, pese a haber sido electo mayoritariamente, dado que sus grandes aliados son Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes no se caracterizan por respetar a la oposición?
No veo por qué mezclar el tema del decreto confiscatorio con Cuba y Venezuela. Si vamos a hablar de eso, el tema es que algunos son imperialistas y otros son antiimperialistas. Quienes cuestionan a Fidel y a Hugo son pro-yanquis.

Usted aceptó limitar su reelección a una sola vez y, si es electo en diciembre, gobernará hasta el 2014. ¿No podría cambiar de opinión y buscar otra reelección al estilo Chávez o Uribe?
Fui flexible por la unidad de Bolivia.

¿No considera más sano para la democracia que los presidentes no se eternicen en el poder y gobiernen sólo uno o dos períodos?
Yo tengo proyectos de mediano y largo plazo para el país. Se requiere tiempo para implantar ciertas políticas. Lamentablemente, en Bolivia no ha habido continuidad en las políticas. A veces la gente me pide que me quede 20 años.

¿Entonces no descarta un tercer mandato?
Yo quiero irme a mi casa. Lo que le digo es que la gente me pide que me quede para ayudarla. Son miles, millones los que piensan así. Es el sentimiento de la gente.

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